Allá en los años de mozo cuando se salia a tomar, el señor Andelfo tenía la costumbre de regresar tarde acompañado por sus amigos, era el año de a960, subía a la finca, esta vez iba solo, eran como las 10 de la noche, cuando de pronto oyó quejarse un niño, el siguió caminando a paso rápido, sentía que le temblaban las piernas y aún seguia escuchando el quejido hasta cerca de la casa.
Cuando llegó a la casa y contó lo sucedido, le dijeron que lo que pasaba era que los Indios Caquetrira habían enterrado por esa zona los niños que se morian
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